
Hace unos días tuve el privilegio de conversar con los profesores, Amrit Goyal y Daniel Herrera en el pódcast Casa de ELE, un espacio cálido, auténtico y lleno de pasión por la enseñanza del español. Hablamos de mis tres grandes amores en el aula: el input comprensible, la poesía y la motivación. Y quiero compartir aquí algunas reflexiones clave de esa conversación.
¿Qué es el input comprensible y por qué es tan importante?
El input comprensible no es más que ofrecer a nuestros estudiantes mensajes en la lengua meta que puedan entender. Es decir, si queremos que alguien adquiera una lengua, primero debe comprenderla. Como decía Stephen Krashen, solo se adquiere una lengua si se recibe input comprensible. No es magia, es neurociencia y pedagogía con sentido común.
En mis clases, eso significa hablar con claridad, utilizar muchos cognados, apoyarme en imágenes, hablar del mundo del estudiante, y sobre todo, crear un ambiente donde entender sea la norma. Me encanta cuando mis alumnos dicen que “la clase de español es fácil” —no porque no sea rigurosa, sino porque tiene sentido para ellos.
La poesía como puente entre lengua y emoción
Muchos docentes de ELE le tienen respeto —o temor— a la poesía. Y los entiendo. Todos tenemos recuerdos de haber leído a Quevedo o Góngora y no entender nada. ¿Cómo llevar eso a una clase de lengua extranjera?
Mi propuesta es empezar desde lo sencillo. Escribo poesía comprensible: textos breves, musicales, con vocabulario accesible y temas del mundo adolescente. Es poesía sin pretensiones, pero con intención. Con ella, los estudiantes no solo adquieren estructuras gramaticales de manera natural, sino que se conectan emocionalmente con el idioma. Y desde esa emoción, nace el deseo de expresarse.
La poesía no es solo rima: es cultura, identidad y posibilidad
Trabajar poesía en clase también es trabajar la cultura. Pero no solo la “cultura de escaparate” —la comida, la música, las fiestas—, sino la cultura profunda: las perspectivas, los sentimientos, las historias del pueblo. En un poema cabe una vida, una época, un país. Analizar un verso puede ser una puerta para comprender el alma de una comunidad.
Además, la poesía despierta algo en los estudiantes que a menudo olvidamos: su capacidad creadora. En clase, les pido que escriban versiones propias de versos de Neruda, o que inventen su poema sobre una arepa, un cuchillo, o un recuerdo. La reacción siempre es la misma: asombro, orgullo, ganas de más.
Tres consejos para empezar a usar poesía comprensible en clase
- Adapta con cariño: Si te gusta un poema pero es complejo, adáptalo. Usa un lenguaje más accesible, da contexto, crea una versión previa. La IA, como ChatGPT, puede ayudarte a hacer esto en segundos.
- Empieza con textos cercanos: Olvídate de los clásicos… al principio. Empieza con poemas que hablen del mundo de tus estudiantes. De su rutina, sus emociones, su comida.
- Haz que escriban: Después de leer, propón que escriban su propia versión. La escritura poética puede ser una de las formas más poderosas de apropiarse del idioma.
Gracias a Casa de ELE por abrir este espacio para compartir nuestras pasiones. Y gracias a todos los docentes que cada día crean magia en sus aulas con palabras, empatía y creatividad.
Si quieres explorar mi colección de poesía comprensible, te invito a visitar www.srojeda.com o buscar mis libros en Amazon. Y si ya usas poesía en clase, ¡cuéntame cómo te va!
Puedes ver la entrevista completa aquí:
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